28.8.11

La gente que me odia y que me quiere, no me va a perdonar que me distraiga...

Hace más de un año que abandoné este espacio. Lo hice sin ninguna clase de remordimiento, pues la mayoría de mis lectores ni siquiera son mis amigos más. Pero recordé que, al principio, comencé a escribir por consejo de dos grandes luces que me acompañan todo el tiempo (por su puesto me refiero a ti Nat y a ti Wal) y, además, para no dejar en el desamparo a mi amuleto mayor: a Anita.

Hoy, recuerdo lo importante que resulta el gesto de escribir. Hacerlo de forma libre y gozosa. Asimismo, recuerdo que el ejercicio que conlleva también debe ser libre y estar alejado de cualquier clase de prejuicios.

Este, el espacio que cree hace cinco años a modo de reducto, es un lugar que me pertenece y cuyas líneas forman parte de los libros que aún no he escrito.
Como si este post fuera una claqueta, sólo me queda decir (de nuevo): luz, cámara y acción.

2 comentarios:

Ireneo Morris dijo...

bueno, a mí me alegra mucho verte de vuelta. te abrazo fuerte karli

Ireneo Morris dijo...

bueno, a mí me hace muy feliz leerte de vuelta. te abrazo fuerte karli