9.2.08

Las fuerzas ocultas

A finales del año pasado leí uno de los libros más divertidos e inteligentes con los que me he topado. Comparto, de manera periódica, algunos de los capítulos más representativos.


Las fuerzas ocultas

Un jugador uruguayo, Adhemar Canavessi, se sacrificó para conjurar el daño de su propia presencia en la final de la Olimpiada del 28, en Ámsterdam. Uruguay iba a disputar esa final contra Argentina. Canavessi decidió quedarse en el hotel y se bajó del autobús que llevaba a los jugadores al estadio, Todas las veces que él había enfrentado a los argentinos, la selección uruguaya había perdido, y en la última ocasión él había tenido la mala pata de hacerse un gol en contra. En el partido de Ámsterdam, sin Cavessi, Uruguay ganó.

El día anterior, Carlos Gardel había cantado para los jugadores argentinos en el hotel donde se hospedaban, Para darles suerte había estrenado un tango llamado Dandy. Dos años después, se repitió la historia: Gardel volvió a cantar Dandi deseando éxito a la selección argentina. Esa segunda vez fue en vísperas de la final del mundial del 30, que también ganó Uruguay. Muchos juran que la intención estaba fuera de toda sospecha, pero más de uno cree que ahí tenemos la prueba de que Gardel era uruguayo.


-Eduardo Galeano, El Futbol a sol y sombra,México, Siglo XXI Editores, 2000, p. 69.

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