15.6.07

Un fragmento de Brisa Marina de Mallrmé

La carne es triste, ¡ay!, y todo lo he leído. ¡Huir! ¡Huir! Presiento que en lo desconocido de espuma y cielo, ebrios los pájaros se alejan. Nada, ni los jardines que los ojos reflejan sujetará este pecho, náufrago en mar abierta ¡oh, noches!, ni en mi lámpara la claridad desierta sobre la virgen página que esconde su blancura, y ni la fresca esposa con el hijo en el seno. ¡He de partir al fin! Zarpe el barco, y sereno meza en busca de exóticos climas su arboladura. Un hastío reseco ya de crueles anhelos aún suena en el último adiós de los pañuelos. ¡Quién sabe si los mástiles, tempestades buscando, se doblarán al viento sobre el naufragio, cuando perdidos floten sin islotes ni derroteros!... ¡Más oye, oh corazón, cantar los marineros! [Tomado de la conferencia Literatura + enfermedad = enfermedad que ofreció Roberto Bolaño (Entre paréntesis, Anagrama)]

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